La palabra ansiedad es sin duda muy utilizada en el vocabulario cotidiano. Se emplea como referencia al estrés diario, es la culpable de que comamos o fumemos de más, y hasta se le ha asignado un sentido poético, como en aquella canción: “Ansiedad, de tenerte en mis brazos...”
La verdad es que nadie es ajeno a sus síntomas. ¿Quién no ha sentido mariposas en el estómago antes de una cita, fuertes palpitaciones cuando se está en peligro, o la necesidad de morderse las uñas? Todas estas son respuestas perfectamente normales ante eventos que provocan estrés pero, en ocasiones, la ansiedad se convierte en patológica. Cuando sus signos se agudizan y comienzan a interferir en el desarrollo normal de las actividades cotidianas, es momento de preocuparse y analizar si no se está sufriendo un trastorno de ansiedad.

Según indican datos estadísticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un treinta y tres por ciento de la población mundial padecerá algún tipo de trastorno de ansiedad en algún momento de su vida. Esta enfermedad no sólo se manifiesta a través de miedo intenso y nerviosismo sino que, además, presenta signos físicos que, al confundirse con otras enfermedades, demoran el diagnóstico preciso. Sin un tratamiento adecuado, los trastornos de ansiedad pueden derivar en cuadros de depresión profunda, aislamiento e, incluso suicidio.
Los trastornos de ansiedad limitan la realización de nuestras posibilidades, entorpecen las relaciones con los demás, obstaculizan el éxito laboral, y atentan contra la autoestima. Los trastornos de ansiedad no son sólo “nervios”. Son enfermedades frecuentemente relacionadas con la estructura biológica, las experiencias en la vida de una persona, y factores hereditarios.
El temor, el nerviosismo y la desorientación destruyen la vida de miles de personas como consecuencia de un estado ansioso que genera desdicha y hace improductiva la vida.
Los temores innecesarios roban la felicidad, alteran la personalidad y dañan la mente y el cuerpo. El propósito de este folleto es ayudar a: Comprender qué es la ansiedad. Conocer las causas que generan un estado ansioso y las consecuencias del mismo. Y sugerir ideas y estrategias para el manejo de la ansiedad.
En la Biblia dice: “Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes"
Material extraido del folleto "ANSIEDAD"
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